Presupuestos de la Junta de Castilla y León: profundizando en el absurdo


Ramón García Hernández. 
Socio ATTAC Castilla y León.

La presentación del Proyecto de Ley de Presupuestos de la Junta de Castilla y León para 2013 se ha producido cuando conocemos que nuestra Comunidad ha perdido 20.000 habitantes en lo que va de año, de los cuales 16.000 son jóvenes. La contundencia de estas cifras de despoblamiento casi haría innecesaria cualquier valoración de los números que ofrece el gobierno regional. Los castellanos y leoneses ya están reaccionado a las políticas económicas y sociales dictadas por el neoliberalismo que ejecutan sin discusión los ejecutivos de Madrid y Valladolid: Se van de esta Comunidad porque no ven futuro alguno, no hay actividad, no hay empleo y la protección y los servicios sociales van en franco retroceso.

Se trata del cuarto ejercicio consecutivo en el que se reducen las partidas presupuestarias, un 2,45% para 2013 continuando una senda cuyo único objetivo es la reducción del déficit. El cumplimiento del límite del 0,7% es el altar en el que se sacrifica a los ciudadanos de Castilla y León para satisfacer a los mercados que cada vez son más exigentes. Se trata de un objetivo difícilmente accesible en la actual recesión, que amenaza con convertirse en depresión. Manejar como escenario una caída del PIB regional del 0,9% resulta a todas luces descabellado, y más renunciado a medidas de estímulo que inviertan la situación económica. Pero el gobierno de Juan Vicente Herrera ha abrazado fervientemente el credo de la austeridad por la austeridad sin ningún objetivo de futuro.

El gasto del que van a poder disponer la Consejerías para realizar sus políticas se reduce en un 6,1% por lo que se restringe notablemente la capacidad de articular medidas que beneficien a los ciudadanos.

Por otro lado, las nuevas figuras impositivas con la recuperación del impuesto de patrimonio y de sucesiones difícilmente compensarán el descenso que se produzca en los tributos como Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos. Al menos, se reconoce el error cometido al eliminar Patrimonio y Sucesiones, un error denunciado desde varios sectores en su momento

La Junta pretende presentar estos Presupuestos como sociales justificando el calificativo al experimentar las partidas dedicadas a educación, sanidad y servicios sociales una reducción menor (aun así hablamos del 5,51%) que en otros epígrafes, pero esta afirmación queda desmentida por una realidad de degradación de estos servicios públicos con recortes de personal y de la calidad de su prestación. Las protestas de colectivos de profesores, alumnos, padres, médicos, enfermeras, pacientes, beneficiarios de la Ley de Dependencia son continuas denunciando la verdadera realidad que esconden las cifras edulcoradas ofrecidas por el gobierno autonómico.

En lo referente a la inversión, la reducción es de un 5,9%, lo que dará lugar a una mayor reducción de la actividad económica con el consiguiente aumento del desempleo.

No hay un verdadero planteamiento de persecución del fraude fiscal y las medidas que incrementan la progresividad fiscal solo se pueden calificar de raquíticas.

En definitiva, tenemos que hablar de un Proyecto de Presupuestos que profundiza en la absurda deriva en la que se ha embarcado el ejecutivo del Partido Popular hace cuatro años. No son unos presupuestos creíbles ni sostenibles ya que no cumplirán con los objetivos que se pretende alcanzar pero tampoco serán inocuos: Van a deteriorar enormemente las difíciles condiciones de vida de los castellanos y leoneses más desfavorecidos enseñándoles la puerta de salida hacia la emigración. Con estás políticas que respaldan las que dicta el Gobierno de Rajoy en el mismo sentido el futuro de Castilla y León es más que negro, inexistente.

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