Los investigadores y
docentes de las universidades españolas investigan. En muchos casos, el
Estado, todas nosotras, pagamos dinero para que así lo hagan. Luego, a
veces, publican. El Estado, todas nosotras, a través de la FECYT
-Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, una fundación
pública dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad- pagamos
millones de euros a la empresa multinacional Thomson Reuters para que
las universidades españolas puedan entrar en su Web of Knowledge, que es
la base de datos donde teóricamente se encuentran las mejores revistas
del mundo. Hay dinero que no deja de fluir en ciertas direcciones.
Datos según el BOE (4 de octubre de 2012):
- En 2008: 1.488.985,24 euros. “En
esta partida se encuentra incluida la base de datos «1900-1944 Science
Citation Index Expanded», adquirida en 2008 por 2.320.000 dólares USA
(1.488.985,24 euros) y que está accesible a través del acceso a la Web
of Knowledge.” (Sec. III. Pág. 70.544)
- En 2011: 3.073.848 euros. “El
importe de los pagos realizados fuera del plazo máximo legal durante
el ejercicio 2011 ascendió a 4.697.547 euros, incluyendo la deuda por
el acceso a la base de datos de Thomson Reuters por importe de
3.073.848 euros, cuyo pago se realizó a los 120 días”. (Sec. III. Pág. 70.567)
Conviene aclarar que los más
de 3 millones correspondientes a 2011 son distintos a los 1.488.985,24
euros del apartado anterior. Hablamos, pues, de más de 4 millones de
euros. Por un lado. Porque hay otros lados, otras facturas a otras
multinacionales con fines semejantes.
Gracias a ese pago, los
investigadores de las universidades españolas pueden acceder al
resultado de sus propias investigaciones y las de otros. Esos millones
los pagamos para poder acceder a ese “escaparate”; aunque pueda parecer
increíble, los resultados de investigaciones financiadas con dinero
público a veces terminan siendo publicados en revistas de acceso
privado. El placer de pagar por leer lo que tú mismo escribes.
Inteligente bucle ¿verdad? A cualquiera se le pone cara de tonto si
tiene que confesar que hace tal cosa, pero tal como está establecida la
carrera académica actualmente, resulta crucial hacer ese tipo de
operaciones “inteligentes”. Es lo que tiene la inteligencia cuando
permite que su métrica la decida un organismo sujeto a mercado. Más
pagas, más vales. Inteligencia pura.
Mientras tanto, en España
también se han elaborado herramientas de interés científico y funciones
equivalentes. Entre ellas destacan DICE, MIAR, In-RECS, In-RECJ,
In-RECH… Todas ellas son competentes, reconocidas internacionalmente,
eficientes y altamente especializadas. Trabajan con métodos
objetivables, ninguna de ellas recibe dinero de las publicaciones que
estudia, evalúa o cataloga, ni de los interesados que consultan sus
productos, a diferencia de lo que hace el JCR (Journal Citation
Reports), también de la multinacional Thomson Reuters. Este índice
privado es el que generalmente se toma como referencia para evaluar la
producción científica. Sin embargo, los anteriormente citados son
equiparables en calidad, aunque cada una de ellas ofrece servicios
diferentes. En cualquier caso, las de lengua castellana (las hay también
latinoamericanas, como Redalyc o Latindex) son mucho más baratas.
El trabajo de los profesores
de universidad en España se valora en función de las publicaciones en
que aparece su firma. Por eso, entre otras cosas, los índices y bases de
datos resultan clave. ANECA, la agencia pública que evalúa a los
docentes en España y les acredita o no para seguir la carrera académica
en sus distintos escalafones, utiliza el DICE. De hecho, el DICE nació
por un convenio de la ANECA con el Centro Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC), también público. MIAR lo elabora un cada vez más
reducido grupo de profesores de la Universidad de Barcelona. In-RECS e
In-RECJ los hace un equipo de investigadores de la Universidad de
Granada. Los investigadores que trabajan en estas entidades tienen
reconocimiento internacional, son independientes, están integrados en
instituciones públicas y realizan su trabajo con fondos públicos, cada
vez más menguados cuando existen, y con una continuidad vinculada a
programas de financiación no siempre regulares. Y aun en esas difíciles
condiciones realizan una tarea imprescindible en el ámbito español y
latinoamericano para la evaluación de la producción científica, de la
cual depende buena parte del sistema académico.
El trabajo del equipo de Granada está siendo ahogado de forma indirecta. Indirecta pero muy torticera. Se puede consultar aquí y aquí.
Con el dinero pagado a Thomson Reuters -solo contando lo que consta en
documentos públicos- se podría financiar durante más de una década el
valioso trabajo sobre índices de impacto que hace el grupo de
investigación de la Universidad de Granada, el EC3, que cuesta 30.000
euros anuales. Pero en esa dirección, al dinero le cuesta trabajo fluir.
Parece claro que el criterio económico no es el que explica las
decisiones políticas que se están tomando.
El DICE nos acaba de dar una
noticia nefasta. Otra agresión más a las fuentes públicas de
indicadores de calidad de la publicación científica. Lo paralizan. Una
nueva embestida a la independencia de la investigación y la ciencia. Se
suprime un indicador público, un servicio público necesario, útil, de
calidad. Se despeja el camino para crear oportunidad a que algunos
rufianes consoliden sus negocios, lucrándose del privilegio de ser
ellos quienes, sin control ni obligación de transparencia, decidan qué
importa y qué no en el mundo del conocimiento.
Ese negocio de rufianes está
cociéndose en estos momentos. No pierdan de vista ese hilo que apunta
la misiva de Giménez Toledo (miembro del Grupo de Investigación de
Evaluación de Publicaciones Científicas del CSIC) que se reproduce al
final del post. DICE se paraliza, pero la necesidad de evaluación no
cesa ni es cesada políticamente. No es que se haya decidido prescindir
de ella. Se seguirá diciendo que es importante y necesaria, criterio
básico para la promoción en la carrera académica, para la articulación
del sistema, para la distribución de financiación. ¿Entonces? Si la
evaluación es tan necesaria, ¿es que ya no se va a hacer? ¿Quién se
supone que la seguirá haciendo? ¿Suponía algún problema que se hiciera
de forma independiente, transparente, profesional, pública y barata?
¿Qué tipo de problema? ¿Acaso, por ser tiempos de crisis, hay que
destruir un producto de calidad barato y eficiente para abrir nicho de
mercado a alguna ambición privada en busca de negocio?
Esas operaciones no se llaman ajustes, crisis ni recortes.
Tiene otros nombres, varios, ninguno digno.
Tiene otros nombres, varios, ninguno digno.
———————————————————————————————–
Asunto: Paralización de las evaluaciones en DICE
Fecha: 30/01/2013 12:41
Remitente: Elea Giménez Toledo < >
Estimado/a editor/a:
Como bien sabe, el Grupo
de Investigación de Evaluación de Publicaciones Científicas (EPUC) del
CSIC viene desarrollando desde 2006 el sistema DICE de evaluación de
revistas científicas españolas en Humanidades y Ciencias Sociales,
gracias a un convenio de colaboración con la ANECA.
Como fruto de los
recortes que afectan a la Administración, la ANECA ha visto mermado
sustancialmente su presupuesto y, en consecuencia, nos ha comunicado la
imposibilidad de seguir financiando el desarrollo de este sistema. Ello
nos obliga a PARALIZAR LAS EVALUACIONES PARA DICE, lo cual provocará la
desactualización del sistema de forma progresiva.
Este hecho perjudicará
sin duda a los humanistas y científicos sociales que publican en
revistas científicas españolas. Ante la falta de actualización se
perderán las fuentes de indicadores para revistas en Humanidades y
Ciencias Sociales y las agencias de evaluación volverán a contar, casi
exclusivamente, con las fuentes de indicadores internacionales WoS o
Scopus. Quizá sea el momento de recordar que fueron precisamente su
limitada cobertura hacia revistas españolas y sus controvertidos
indicadores de impacto los que provocaron la necesidad de desarrollar
fuentes de indicadores que recogieran exclusivamente publicaciones
españolas, como DICE. Tampoco se debe olvidar el coste que WoS[1] o
Scopus tiene para el conjunto de los españoles. O que mientras en
Europa se van consolidando los sistemas análogos a DICE, en España se
resquebrajan.
Siempre hemos defendido
públicamente la función de ANECA y su apuesta decidida por las
Humanidades y las Ciencias Sociales, poniendo en valor sus
publicaciones. Es justo reconocer el esfuerzo que ha realizado hasta
que los recortes han llegado también a esta parte de la Administración.
EPUC es un grupo de
investigación. La investigación es nuestra actividad principal, a ella
nos debemos y, afortunadamente, siempre hemos logrado financiación para
llevarla a cabo. No siempre ha sido fácil, sin embargo, conseguir y
mantener la financiación para la investigación aplicada o los
desarrollos técnicos. Pero creemos firmemente en que la generación de
indicadores para las publicaciones de Humanidades y Ciencias Sociales
ayuda a la comunidad científica, incluyendo autores, editores y
evaluadores. Por eso hemos compaginado durante muchos años -desde 1997-
la investigación con el desarrollo de indicadores para las revistas
científicas españolas. En todo este tiempo hemos mantenido un contacto
muy estrecho con muchos de ustedes y el intercambio de información nos
ha servido para conocer el sector editorial en profundidad, para afinar
nuestros indicadores y procedimientos, y para valorar el enorme
esfuerzo que hacen para mantener y profesionalizar sus revistas. Ha sido
un intercambio valiosísimo y estamos muy agradecidos por ello.
Detenemos en este momento
la aplicación de indicadores a las revistas españolas de Humanidades y
Ciencias Sociales, aunque no la investigación sobre publicaciones
científicas ni la defensa de los patrones de comunicación científica
consustanciales a estas disciplinas. No sabemos si esta parada será
definitiva o transitoria, pero estamos seguros de que seguiremos en
contacto de uno u otro modo.
Un cordial saludo,
Elea Giménez Toledo
Grupo de Investigación de Evaluación de Publicaciones Científicas (EPUC)
Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS)
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
[1] Resolución de 17 de septiembre de 2012, de la
Secretaría General Técnica, por la que se publican las cuentas anuales
de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología del ejercicio
2011. Disponible aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario