Este artículo analiza las
enormes debilidades del modelo sanitario liberal, tomando el sistema
estadounidense como ejemplo de estas grandes deficiencias.
EEUU tiene algunos centros
sanitarios de gran excelencia. Y, sin embargo, la financiación y
organización del sistema sanitario es una de las peores hoy existentes. Y
es el modelo sanitario de las fuerzas políticas liberales. Es un
sistema de financiación predominantemente privado, gestionado por las
compañías de seguros. En el entusiasmo por tal modelo se ignoran varios
hechos.
1. Los costos
administrativos consumen nada menos que el 31% de todo el gasto
sanitario. Es el sistema sanitario con mayor burocracia (privada) y más
engorroso.
2. La inviabilidad para
pagar las facturas médicas causa el 60% de todas las bancarrotas
familiares. El 39% de pacientes terminales (es decir, personas que se
están muriendo) declaran que están preocupados, o muy reocupados, sobre
como ellos o sus familiares pagarán sus facturas.
3. Cerca de 45.000
personas mueren al año por falta de cobertura sanitaria. En ausencia de
aseguramiento, algunas personas retrasan la visita al médico, al estar
preocupadas por cómo pagarle, al hospital o a las compañías de seguros. Y
cuando van al médico, ya están muy enfermos. Y en muchos centros
sanitarios no se les atiende.
4. El estímulo e
incentivo para la privatización de la sanidad, que se hace desgravando
las pólizas a las compañías de seguros (tal como los liberales están
presionando para que se haga en España) representa unos costos públicos
elevadísimos, pues la desgravación implica un subsidio público. Cando se
añade a este subsidio el gasto público sanitario, entonces se llega a
la cifra de que el 60% de la financiación sanitaria está pagada con
impuestos. Ningún otro país tiene un gasto público sanitario per cápita
(estandarizado por capacidad de compra) tan alto como EEUU. Es un
sistema carísimo que genera un enorme gasto privado y público,
representando un 17% del PIB, el más alto del mundo.
5. Los indicadores de
salud, sin embargo, son preocupantes. Su mortalidad infantil, por
ejemplo, es de las más altas de los países de la OCDE, el grupo de
países más ricos del mundo. Algo parecido ocurre en cuanto a la
incidencia de enfermedades prevenibles.
6. El 20% del gasto sanitario consiste en el pago directo del paciente al médico o al hospital, uno de los más altos del mundo.
7. El sector sanitario
con afán de lucro es el sector que tiene gran presencia en las casas de
convalecencia, hospitales de agudos y casas de maternidad. Su calidad es
menor que la de los centros privados sin afán de lucro y que la de los
centros públicos, cuando ésta se analiza por intervención médica y
quirúrgica estandarizada por diagnóstico y por tipo de paciente.
8. Las innovaciones
tecnológicas –como la computarización de los historiales clínicos- que
se promovieron como manera de ahorro económico no han tenido ningún
impacto en la reducción de costos. Sus méritos no parecen basarse en
argumentos de eficiencia económica, sino de calidad de atención.
9. EEUU es el país de
la OCDE que tiene un mayor porcentaje de la población insatisfecha con
la financiación y gestión de la sanidad, con un 32% de la población que
desearía una renovación total del sistema.
10. Una de las mayores
causas de insatisfacción, además del coste elevadísimo de la atención
sanitaria, es la falta de elección de proveedor de servicios. En
realidad, para la mayoría de la población, la que elige a los
proveedores sanitarios es el empresario del puesto de trabajo –que es
quien contrata con las compañías de seguros las prestaciones así como
los proveedores (médicos y centros sanitarios) que atenderán a los
empleados y trabajadores-.
11. La variabilidad del
aseguramiento es enorme, pues depende de que el empresario quiera y/o
se le fuerce (como consecuencia de la presión sindical) a cubrir a los
empleados de la empresa a través de convenios colectivos, que en EEUU
están muy descentralizados. En sectores con sindicatos fuertes (como en
la manufactura), la cobertura puede ser bastante extensa (aunque nunca
tan completa como en España). Para la mayoría de puestos de trabajo
donde los sindicatos son muy débiles o inexistentes, la cobertura es muy
pobre o no existe.
12. Cuando a una
persona la despiden del puesto de trabajo, esta persona pierde, no sólo
su salario, sino también su cobertura sanitaria. Esta situación explica
el enorme temor del trabajador al despido, teniendo un gran impacto
disciplinario sobre el mundo del trabajo. EEUU es el país con menor
número de días de trabajo perdidos por huelgas. Tal dato se explica por
el temor de los trabajadores a ser despedidos y perder, no sólo su
salario, sino también la cobertura sanitaria del empleado y de su
familia.
13. Cuando estuve
trabajando en la Casa Blanca en el grupo de trabajo presidido por la
Sra. Clinton, que tenía como objetivo hacer una reforma a fin de
universalizar la atención sanitaria, pude ver que los grandes opositores
a las reformas eran, además de las compañías de seguros, los
empresarios de las grandes compañías, pues éstos tenían miedo a perder
el control casi absoluto que tienen sobre sus empleados.
14. La reforma
sanitaria de la Administración Obama (Obama Care) prohíbe que una
compañía de seguros sanitarios deje de asegurar a un empleado cuando
éste deja de trabajar en una empresa en la cual estaba asegurado. Tal
reforma, sin embargo, no regula el precio de la póliza, con lo cual ésta
puede alcanzar niveles prohibitivos para el empleado al dejar éste la
empresa.
15. Para las personas con enfermedades crónicas que no trabajan o no tienen cobertura, es dificilísimo conseguir aseguramiento.
16. Las compañías de
seguros, así como las grandes compañías (lo que en EEUU se llama
Corporate America), son las mayores financiadoras de las campañas
electorales de los miembros de los Comités del Congreso de EEUU que
deciden sobre temas de financiación del sistema sanitario. De ahí que,
como la propia Sra. Clinton subrayó, en EEUU, a no ser que se haga una
reforma del sistema electoral (que está privatizado), nunca habrá una
reforma sanitaria orientada a universalizar el derecho de acceso a los
servicios sanitarios.
17. El 68% de la
población estadounidense cree (acertadamente) que el Congreso de EEUU no
les representa a ellos, sino a los intereses de la Corporate America.
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