Después de una importante reunión del BCE, el diario Le Monde se deshizo en elogios hacia el presidente de la institución financiera con sede en Frankfurt: “Una vez más, Mario Draghi ha demostrado el jueves 5 de junio la maestría con la que controla el Banco CentralEuropeo. Más que nunca, el italiano esta ahí: el hombre adecuado en el lugar adecuado.” |3| (Véase el recuadro con el curriculum vitae de Mario Draghi). El Financial Times y el conjunto de la gran prensa dominante continuaron con las loas. Y los mercados financieros reaccionaron muy positivamente, mientras que los bursátiles se estremecieron de placer.
Mario Draghi
De 1991 a 2001, Mario Draghi fue director general del ministerio de Hacienda italiano, a cargo de las privatizaciones. Como tal, fue miembro del consejo de administración de varios bancos y empresas que estaban en el proceso de su transferencia al sector privado (Eni, IRI, BNL-BNL e IMI). Posteriormente, Mario Draghi, de 2002 a 2005, fue vicepresidente de la rama europea del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs. Y en esa misma época, las autoridades griegas pagaron a Goldman Sachs para que maquillase sus cuentas públicas. El 16 de enero de 2006, Mario Draghi fue nombrado gobernador del Banco de Italia por el primer ministro Silvio Berlusconi, con un mandato renovable de seis años. Finalmente, Mario Draghi se convirtió en presidente del BCE el 1 de noviembre de 2011.
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Algo es seguro: las decisiones tomadas por el BCE no mejorarán la situación económica, ni permitirán la creación de empleos, ni las condiciones de vida de la población de la zona euro tendrán mejor calidad. El BCE se mantiene siempre en la misma dirección: el apoyo total a los grandes bancos y a la patronal en contra de la abrumadora mayoría de la población.
¿Cuáles fueron las medidas anunciadas por el BCE el 5 de junio de 2014?
Fijar en el 0,15% el tipo de interés que los bancos deben pagar por los préstamos del BCE:
El BCE decidió bajar nuevamente el tipo al que presta dinero a los bancos privados. Éste pasó del 0,25 % (vigente desde noviembre de 2013) al 0.15 % a partir del 11 de junio de 2014 |4|. Esto es un gran beneficio para los bancos privados, que pueden prestar ese dinero a los Estados con tipos que van desde el 1,40 % (caso de Alemania a finales de junio de 2014) hasta el 6.00 % para Grecia |5| ... Oficialmente, un tipo de interés más bajo debería llevar a los bancos a aumentar los préstamos a las empresas (especialmente a las PYME, que son el empleador más grande de Europa) y a los particulares. Pero vemos que los bancos prefieren prestar a los Estados: es más seguro. La compra de valores de deuda soberana les permite llegar más fácilmente a la ratio impuesta por las autoridades de supervisión de los bancos respecto a los requisitos mínimos de capital en relación al balancetotal (o al total de activos) |6|.
Fijar en el 0,10 % el tipo que deben pagar los bancos para depositar su dinero diariamente en el BCE
El BCE también decidió que los bancos que le confían diariamente su dinero, para su custodia, pagarán un tipo de interés del 0,10 %. De nuevo oficialmente, esta medida también busca impulsar a los bancos a conceder préstamos, con el dinero del que disponen, a las PYME y a los particulares, en lugar de depositarlo en el BCE. De hecho, se constata que esa idea no funciona. El crédito a las PYMES y a los particulares se ha estancado y hasta baja según los países.
¿Por qué los bancos depositan dinero en el BCE? Porque es una manera de mostrar a otros banqueros y a otros proveedores de crédito privados (Money Market Funds, fondos de pensiones, compañías de seguros), a los acreedores en general, a sus accionistas y a las autoridades de control que disponen de dinero en efectivo, en todo momento, para hacer frente a la explosión de las bombas de tiempo que se encuentran en sus cuentas. Si no tuvieran ese dinero disponible, los prestamistas potenciales se alejarían de ellos o les impondrían tipos de interés muy altos. Los titulares de sus acciones las venderían y su cotización se derrumbaría.
Otorgar a los bancos un adicional de 400.000 millones de euros en préstamos a largo plazo.
El BCE también anunció que prestaría a los bancos privados 400.000 millones de euros con un tipo de interés fijo (se puede imaginar que será muy bajo, de cerca del 0,15 %). El BCE da a entender que proporcionará estos nuevos préstamos a largo plazo con la condición de que los bancos les presten a las PYME para impulsar la producción y crear empleos. Se debe estar atento a la realización concreta de este anuncio, ya que el BCE nunca había obligado a los bancos a utilizar el dinero que les presta en una forma determinada. Lo que es seguro es que muchos bancos, de los que obtuvieron préstamos de 1 billón de euros ( 1 000 000 000 000 €) entre diciembre de 2011 y enero de 2012, como parte de la LTRO (Long Term Refinancing Operations) y con un plazo de 3 años, tienen necesidad urgente de nuevos préstamos a largo plazo, llamados TLTRO (Targeted Long Term Refinancing Operations). Estos nuevos fondos deberían permitirles evitar una declaración de quiebra por falta de pago.
Para entender por qué este nuevo crédito es vital para una serie de grandes bancos, debemos comprender bien qué es el LTRO (véase el recuadro).
|¿Qué es el LTRO?
La operación consiste en otorgar a los bancos préstamos a largo plazo. Entre diciembre de 2011 y febrero de 2012, el BCE prestó a poco más de 800 bancos más de 1 billón de euros ( 1 000 000 000 000 €) por un período de 3 años, con un tipo de interés del 1 % (en un momento en que la inflación era, aproximadamente, del 2 %). En realidad, el regalo que se hizo a los bancos es más importante de lo que sugiere un (ya muy rentable) tipo de interés del 1%. Por dos razones simples: 1) Los intereses sobre el dinero prestado solo se deben pagar en el momento de la devolución del importe. Así que si a un banco le han prestado con un plazo de 3 años y no reembolsa por adelantado, el banco solo paga los intereses al final de los 3 años. 2) El tipo de interés inicial se fue reduciendo, en varias etapas, hasta llegar al 0,15 % a partir de junio de 2014.
Consideremos un banco como Dexia que tomó prestado más de 20.000 millones de euros del BCE, por un período de 3 años a partir de 2012, y que hasta el año 2015 no tendrá que reembolsar esos 20.000 millones. A esta suma, se añadirá el pago de los intereses calculados de la siguiente manera: tipo de interés del 1 % hasta julio de 2012, del 0,75 % entre julio de 2012 y mayo de 2013, del 0,50 % de mayo a noviembre de 2013, del 0,25 % entre noviembre de 2013 y junio de 2014 y del 0,15 % a partir de junio de 2014 |7|. El banco no tiene que pagar los intereses hasta la devolución del préstamo. ¿Qué pasará en ese momento? Es obvio que otros muchos bancos similares a Dexia, como el principal banco italiano Intesa Sanpaolo (que recibió 24.000 millones de euros en el marco del LTRO) o el banco portugués Espirito Santo, en bancarrota desde julio de 2014, no podrán devolver el préstamo si no se les concede uno nuevo, y más o menos equivalente al préstamo anterior. ¿A qué banco le pedirán prestado? ¡Por supuesto, al BCE!, bajo la TLTRO (Targeted Long Term Refinancing Operations). Esto es en realidad la verdadera razón de ser del TLTRO. Pero el BCE no lo puede declarar oficialmente porque debe contribuir a la creencia de que los bancos lo están haciendo bien, que han limpiado sus cuentas, que no les falta liquidez... De pronto, Mario Draghi anuncia que el TLTRO servirá para financiar las PYME…]
El BCE presiona a los bancos privados para producir más productos estructurados
Los bancos redujeron los préstamos a los particulares y a las empresas, especialmente a las pequeñas y medianas empresas que representan la mayor parte de los puestos de trabajo. En 2013, los préstamos bancarios disminuyeron un 2 % en la zona euro, los préstamos a las sociedades no financieras se redujeron en aproximadamente un 3,5 %. En cuanto a los gobiernos locales, se orientan cada vez más a la financiación con bonos. Las economías periféricas de la Unión Europea son, por supuesto, las más afectadas.
Mario Draghi propone a los banqueros europeos aumentar la producción de productos estructurados constituidos por un conjunto de préstamos a las PYME. De esta manera, el presidente del BCE piensa estimular la concesión de créditos a las pequeñas y medianas empresas. Pero ¿de qué se trata?: los bancos que otorgan préstamos a las PYME pueden sacarlos de sus balances mediante la titulización por su ensamblaje en un producto estructurado (Asset Backed Securities). Posteriormente, el BCE ofrece a los bancos depositar estos productos estructurados como colateral (o sea, garantía) en el propio BCE, para obtener a cambio un crédito con un tipo del 0,15 %. Sabiendo que los tipos de interés exigidos a las PYME por los bancos en 2014 oscilan entre el 5 % y el 6 % en España e Italia, y entre el 3 % y el 4 % en Francia y Alemania, los bancos podrían obtener beneficios muy interesantes, según Mario Draghi. A pesar de esta tentadora oferta, los bancos son reacios a aumentar sus préstamos a las PYME y a la producción de productos estructurados en la forma propuesta por el Presidente del BCE |8|. Draghi está muy decepcionado y cada vez que tiene la ocasión, lanza siempre la misma propuesta. Como ocurrió nuevamente en la reunión del Comité Ejecutivo del BCE el 5 de junio de 2014.
La proliferación de productos estructurados estuvo en el centro de la crisis bancaria que se inició en 2007-2008 y a pesar de eso, todo lo que encuentra Mario Draghi, como medio de relanzar los préstamos a las PYME, es empujar a los bancos europeos a producirlos nuevamente.
El BCE aumentará aún más el efectivo en circulación
Desde 2008-2009, el BCE siguió aumentando la liquidez disponible para los bancos hasta el punto de que dicha liquidez ha inundado la economía real (véase más adelante). El BCE anunció el 5 de junio de 2014 un cambio en su política de compra de deuda soberana que llevará a aumentar un poco más el dinero en efectivo. En la jerga, esto se llama terminar con la esterilización del programa para comprar títulos soberanos (el Securities Markets Program seguido a partir de fines de 2012 por el Outright Monetary Transactions –OMT–). Hasta ahora, cuando el BCE compraba a los bancos títulos soberanos (italianos, portugueses, griegos, irlandeses, españoles...), que a su vez los bancos habían adquirido en el mercado primario, el BCE tomaba de los bancos un volumen equivalente de liquidez. Desde junio de 2014, el BCE pagará a los bancos los títulos que les compra sin pedirles el equivalente en dinero en efectivo. De esta manera, «el BCE aumentará mecánicamente la liquidez a disposición del sistema bancario», declaró Frederic Rollin, asesor en estrategia en Pictet |9|. Eso representa alrededor de 170.000 millones de euros.
La economía europea cayó en la trampa de la liquidez
Debido a las políticas de los bancos centrales y los gobiernos, las economías de la mayoría de las naciones industrializadas cayeron en lo que Keynes llamó la trampa de la liquidez. Mientras que los bancos centrales inyectan liquidez y bajan los tipos de interés, los bancos y las grandes empresas privadas prefieren mantener ese dinero al alcance de la mano, para hacer frente a los duros golpes asociados con las bombas de tiempo que tienen en sus balances y las nuevas burbujas que contribuyen activamente a fabricar |10|. Las empresas industriales y de servicios consideran que no vale la pena invertir puesto que la demanda privada y pública es anémica. Se sientan virtualmente sobre un enorme montón de dinero en efectivo o lo utilizan para especular. Las empresas europeas, en 2012, poseían en efectivo 2,4 billones de euros – 2 400 000 000 000 €- (¡o sea 16 veces el presupuesto anual de la Unión Europea!) |11|. Algo nunca visto.
Según Keynes, para salir de la trampa de la liquidez, es necesario que los gobiernos aumenten el gasto público para impulsar la demanda y, por lo tanto, la economía: gastos de inversiones (se podría, por supuesto, hacer unas fuertes inversiones en transición ecológica, energías renovables, grandes obras públicas útiles, escuelas y edificios de la comunidad), gastos para contratar personal en los servicios públicos con mejores salarios, gasto social (salud, educación, servicios sociales), gasto para aumentar los montos de las pensiones y de diversos beneficios sociales ... Pero de eso, los bancos centrales y los gobiernos no quieren oír ni hablar porque quieren ir más lejos en sus ataques contra las conquistas sociales
Una ofensiva para avanzar aún más en las políticas neoliberales
Mario Draghi multiplicó recientemente sus declaraciones |12| e iniciativas dirigidas hacia una mayor austeridad fiscal y hacia el desarrollo de medidas estructurales de precarización de los mecanismos de protección social y de solidaridad colectiva: una mayor flexibilidad de los contratos laborales para facilitar los despidos, la reducción salarial, el aumento de la intensidad y de la duración del trabajo, los ataques contra las pensiones...
El informe anual del Banco de Pagos Internacionales (BPI) publicado en junio de 2014 va exactamente en la misma dirección: «La combinación de políticas estructurales variará necesariamente según el país, pero frecuentemente incluirá desregular sectores protegidos, como el sector servicios, aumentar la flexibilidad del mercado laboral, elevar los porcentajes de población activa y recortar los excesos del sector público. Un mayor énfasis en sanear y reformar implica hacer un hincapié relativamente menor en una gestión expansiva de la demanda. Este principio es aplicable a la política fiscal. Tras el impulso fiscal inicial, se ha redescubierto en parte la necesidad de garantizar la sostenibilidad a largo plazo. Esto es positivo: es imperativo poner en orden las cuentas públicas y, a tal fin, ha de resistirse toda tentación de desviarse de esta senda.» |13| En otras palabras, el BPI quiere que los gobiernos vayan todavía más lejos en los ataques contra las conquistas sociales de posguerra y en la reducción del gasto público.
Conclusiones
El enorme crecimiento de la liquidez que se produjo en Europa a partir de 2007-2008 sirvió para mantener intacto el poder de los grandes bancos privados, y sin embargo, las economías afectadas no salieron de la crisis. Gracias a la intervención del BCE y de otros bancos centrales (y por supuesto, de las decisiones de los gobiernos), los grandes bancos privados continúan con sus actividades enormemente especulativas y muchas veces fraudulentas, o incluso criminales. Se sostiene a los bancos mediante un mecanismo de transfusión permanente de recursos (créditos públicos ilimitados con tipos de interés casi nulos o claramente negativos). Algunos de ellos, y no los menores, son simplemente mantenidos con vida mediante la respiración artificial puesto que a los créditos públicos ilimitados se añaden: una inyección de capitales públicos con el fin de recapitalizarlos ygarantías públicas sobre sus deudas. El oficio del banquero es demasiado serio para que quede en manos del sector privado. Es necesario socializar el sector bancario (lo que implica su expropiación) y ponerlo bajo control ciudadano (o sea, los empleados bancarios, clientes, asociaciones y representantes de los actores públicos locales), porque debe estar sometido a las reglas de un servicio público |14| y las rentas que su actividad genera deben ser utilizadas para el bien común.
La política aplicada hasta ahora por el BCE, por los otros bancos centrales y por los gobiernos, ha llevado a un enorme aumento de la deuda pública como resultado de varios factores interrelacionados: el coste del rescate de los bancos; el coste de la crisis de la que son responsables los bancos centrales, los gobiernos, los bancos privados y otras grandes empresas; la prohibición que tienen los Estados de tomar prestado del Banco Central; la continuidad de las exenciones fiscales a las grandes corporaciones y a los muy ricos... Esto da un claro carácter de ilegitimidad a una parte muy importante de la deuda pública. En particular, la deuda pública contraída para salvar a los bancos es claramente ilegítima y debe ser repudiada. Una auditoría ciudadana debe determinar las otras deudas ilegítimas, ilegales, odiosas, insostenibles... |15| y promover una movilización tal que pueda tomar forma una alternativa anticapitalista creíble.
En este contexto, la política del BCE es a la vez: ilegítima, odiosa, insostenible e ilegal. Esilegítima porque favorece a una ínfima minoría de la población, que además es la responsable de la crisis y que saca beneficios de ella. Es ilegítima porque daña a la abrumadora mayoría de la población. La política del BCE es aún más ilegítima, ya que aquellos que la conciben son conscientes de todo lo anterior. En el caso de los países sometidos a memorandos impuestos por la troika, en la que el BCE es un actor central, esta política es odiosa porque viola las convenciones y los tratados sobre los derechos humanos (económicos, sociales, civiles y políticos) y es impuesta por instituciones que no recibieron el poder por parte del pueblo para realizar este tipo de actos. Esta política también esinsostenible |16| porque conduce al empobrecimiento de gran parte de la población, al deterioro de la salud y de la educación pública, al aumento del desempleo… Finalmente, esta política es ilegal ya que no respeta los estatutos del BCE (que, por otra parte, reprobamos), Por ejemplo, sin ser exhaustivos, el BCE no tiene ningún mandato en sus estatutos que le permita intervenir en las relaciones del trabajo. Sin embargo, permanentemente, trata de dictar cambios en las leyes laborales.
Es necesario revisar por completo la política monetaria así como el estatuto y la práctica del BCE. El BCE y los bancos centrales, en general, deben ser capaces de financiar directamente a los Estados con el fin de lograr los objetivos sociales y ambientales que garanticen la satisfacción de las necesidades básicas de las poblaciones. La financiación directa por el BCE y los bancos centrales no es suficiente en sí misma, debe tener una dimensión social y servir al interés general. En efecto, si Estados Unidos y el Reino Unido están financiando su deuda de manera significativa mediante sus bancos centrales |17|, no se puede decir que esta política se lleve a cabo considerando el interés de la mayoría de su población.
La movilización ciudadana y la auto-organización social son el requisito sine qua non para la implementación de un programa que ponga fin a la crisis y que favorezca a los pueblos1. Sin ellos, no habrá una solución emancipadora real a la crisis actual.
Traducción: Guillermo Parodi, Revisión: Griselda Pinero, Raúl Quiroz y Eric Toussaint
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