Cuando en septiembre de 2008 se
produjo la caída de Lehman Brothers mucha gente intuyó que la convulsión
del sistema financiero internacional –del mismo corazón del
capitalismo– era simultáneamente el reflejo y el comienzo de una
profunda crisis económica. Intuíamos entonces que esta crisis, lejos de
ser un episodio accidental, constituía una manifestación de las intensas
contradicciones que las principales economías del planeta habían
acumulado durante las décadas anteriores: burbujas bursátiles e
inmobiliarias, agudos desequilibrios comerciales y financieros entre las
distintas economías, marcado incremento de las desigualdades, por citar
los más importantes.
Continua en Colectivo Novecento
ATTAC Castilla y Leon no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización
ATTAC Castilla y Leon no se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son firmados por la propia organización
No hay comentarios:
Publicar un comentario