Desde el inicio de la crisis económica mundial, un nuevo movimiento ha surgido en todo el mundo.
Es un movimiento por una democracia real, por la participación y el derecho de las personas a decidir por ellas mismas y a que sus demandas y soberanía sean respetadas y reflejadas en la toma de decisiones políticas, desde la obligación de enfrentar un sistema que favorece a una minoría privilegiada a costa de la mayoría. Un movimiento que busca poner los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y democráticos en el corazón del proyecto europeo, como elementos intrínsecos de la democracia.
Desde 2011, las calles, plazas y centros de trabajo de Europa se han convertido en la cuna de luchas democráticas por los derechos, luchas que han sacudido y forman parte del panorama político y social.
Estos movimientos europeos han estado chocando frontalmente con el conjunto de instituciones y políticas que constituyen la Unión Europea hoy en día. La naturaleza profundamente antidemocrática de estas instituciones refleja su original y actual propósito: servir a los intereses del sector empresarial y financiero y a las diversas élites, constituidas en oligarquías.
Las instituciones operan en la oscuridad y la opacidad, alejadas de la vista de los ciudadanos europeos. Están al servicio de las corporaciones y las empresas financieras que despliegan ejércitos de lobistas. Negocian nuevos tratados en nombre de los pueblos de Europa pero en contra de sus intereses.
Exigimos transparencia para arrojar luz sobre cómo se toman decisiones que afectan a nuestras vidas.
Desafiamos a la afirmación más irreal e irracional de todas: que Europa puede pagar sus deudas públicas y privadas. Exigimos auditorías ciudadanas de la deuda pública y reafirmamos el derecho soberano del pueblo a auditarlas y a negarse a pagar las deudas ilegítimas e ilegales.
La clase dirigente de Europa, las instituciones de Bruselas y Fráncfort, predican austeridad para la mayoría mientras gastan miles de millones en unos pocos. No es sólo la “austeridad”: en Europa hay una guerra/lucha de clases, con el saqueo de los derechos de la ciudadanía y de los bienes comunes que llevan a cabo las élites gobernantes determinadas a redistribuir los ingresos y la riqueza de la mayoría sociedad y los estados hacía ellos. Su modelo es el del desempleo masivo y la precariedad, generando pobreza y aumentando las desigualdades, enfrentando a los trabajadores entre ellos, perpetuando la violencia contra las mujeres, destrozando el medio ambiente y desmantelando el tejido social. Un modelo contra el bienestar y la justicia social.
Una así misma llamada “Europa sin fronteras” está levantado muros y vallas electrificadas por todas partes. Desde Evros y Lesbos a Lampedusa, desde Presevo a Calais. Exigimos: ¡dejen a los refugiados y refugiadas entrar! Cuando la gente huye por sus vida, Europa debe simplemente abrir sus brazos, rechazando con firmeza la xenofobia y el racismo. La cuestión de los refugiados es una cuestión humanitaria, rechazamos la militarización: decimos NO a la participación de la OTAN.
Europa debe reducir drásticamente el gasto en armamento y defensa, que ha demostrado estar relacionado con la corrupción y el endeudamiento ilegal, y debe aumentar el gasto público en salud, educación, seguridad social, justicia y la cultura.
La degradación de las condiciones de vida de las personas también está vinculada a la destrucción de la naturaleza y a la guerra por los recursos en todo el mundo. No podemos dejar de abordar la crisis ecológica y energética si queremos que la justicia social para todos.
En vista del estado actual de Europa, llamamos a la desobediencia civil a las frente a las instituciones europeas, sus reglas tóxicas, políticas, tratados o cualquier de sus dictados antidemocráticos, al igual que a la reinterpretación arbitraria que hacen las élites gobernantes.
Necesitamos nuevos procesos constituyentes y el derecho a la autadeterminación mediante referéndum vinculante.
Igualmente, afirmamos el deber de desobedecer a los dictados antidemocráticos cuando se está en el gobierno, como obligación democrática mínima con los pueblos.
La Conferencia de Madrid ha sido un paso adelante en la unión de diferentes movimientos y en la elaboración de propuestas para luchar por la democracia en Europa. Invitamos a las leer, difundir y debatir las conclusiones de los diferentes ejes abordados y a ser tratados en otras conferencias que se organizan en torno a Europa.
Los pueblos europeos saben cómo rebelarse contra la tiranía. A lo largo de la historia lo hemos hecho en múltiples ocasiones para la conquista de la democracia, establecer la igualdad, la defensa de nuestras vidas, los derechos y la dignidad.
La Conferencia Plan B de Madrid llama a organizar un Día Europeo de Acción el 28 de mayo.
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