Publicado en Sistema Digital el 20 de septiembre de 2012
Cuando ya estamos en el quinto año de crisis los gobiernos llevan dedicados sumas verdaderamente impresionantes para ayudar a los bancos y siguen estando dispuestos a seguir gastando dinero público para rescatarlos, como si esa receta hubiera funcionado y fuese necesario seguir usándola.
En España se está negociando la forma de hacer efectivo el primero de los rescates y cómo se aplicará finalmente el definitivo porque, como ya señalé en otro lugar (Un mal rescate que nos empujará al abismo), el inicial de los 100.000 millones de euros no va a servir de mucho. Por eso, cuando se sigue estando dispuesto a actuar con la misma generosidad con la banca que al principio, sigue siendo obligado preguntarse para qué han servido esos rescates.
La primera y principal evidencia es que por mucho dinero que se ha puesto a disposición de los bancos seguimos padeciendo el problema principal que sería necesario resolver para que la economía vuelva a tener capacidad de generar actividad y empleo: la falta de financiación. El crédito necesario para que las economías funcionen no ha vuelto a fluir en la medida necesaria y el poco que hay se concede a tipos de interés realmente leoninos que son una verdadera vergüenza y una inmoralidad tremendas: los bancos que ahora dan préstamos al 10% o al 12% a empresas productivas, o que cobran tipos de hasta el 31% para el crédito asociado a tarjetas o a exceso de límites, tienen a su disposición en el Banco Central Europeo todo el dinero que quieran al 0,75%.
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