laexplosiondeldesorden
Hoy, un 10 de mayo, hace dos años murió nuestro amigo y compañero
Ramón Fernández Durán, pensador, escritor, activista, miembro de
Ecologistas en Acción y profesor. En su memoria publicamos hoy la entrevista que le hizo Amador Fernández-Savater en abril 2011, y publicado ahora en el libro “Fuera de Lugar. Conversaciones entre crisis y transformación”.
Siempre
ha habido personas con capacidades proféticas o visionarias. Según
explica Antonio Rodríguez de las Heras, no tienen nada de sobrehumano.
Se trata simplemente de personas atentas al mundo, capaces de percibirlo
con mucha claridad e intensidad, y de relacionar cosas dispares. Los
cambios decisivos se anuncian a través de su sensibilidad, pero solemos
estar demasiado distraídos para escucharles. Es entonces cuando las
crisis se convierten en catástrofes.
Hace unos cuantos años, Ramón Fernández Durán, ensayista y miembro de
Ecologistas en Acción, pronosticó con una sorprendente exactitud el fin
de la burbuja inmobiliaria española, mientras otros nos explicaban
profusamente que la dichosa burbuja no dejaría de crecer nunca. No por
nada Ramón constituye una referencia clave desde hace dos décadas en los
debates de la ecología política, el pensamiento crítico y los
movimientos sociales en España. En su último libro, un ejercicio de
«política-ficción» como él mismo lo llama, Ramón explica por qué el
próximo fin de la energía fósil acarreará una ruptura histórica total.
Es el argumento central de La quiebra del capitalismo global: 2000-2030,
coeditado por varias iniciativas editoriales militantes en junio de
2011, en torno al que gira la presente entrevista.
Presentas este libro como un ejercicio de política-ficción, ¿qué significa eso?
Es un ejercicio de política-ficción, pero eso sí, con grandes dosis
de realidad, en un momento en que estamos entrando en una bifurcación
histórica total: el principio del fin de la Era de los combustibles
fósiles. Lo cual implicará el fin de la energía barata para siempre y el
inicio de cambios trascendentales que no hemos visto en casi
trescientos años, entre ellos: el fin de la fe en el Progreso continuo.
Este punto de inflexión global vendrá determinado por el llamado Pico
Mundial del Petróleo, que todo indica que estamos atravesando ya, al que
seguirán pronto el pico mundial del gas natural y más tarde del carbón,
produciéndose por así decir tres picos en uno. El hecho es que entramos
de lleno en la era del declive energético, penetrando en un territorio
absolutamente desconocido.
Y la razón principal de este libro es ayudar a entender los futuros
escenarios posibles, para intentar influir sobre los mismos. Pero eso
sí, sabiendo también que a corto plazo, en las próximas dos décadas,
vamos a tener todo el viento en contra, como argumentamos en el libro.
De hecho, ya lo estamos sufriendo pues, ante toda la que está cayendo,
somos incapaces de enfrentar la realidad con vías de salida que no sean
las del capital, ni de proponer y que sean aceptadas de forma colectiva
otras distintas (anticapitalistas, antipatriarcales, etc.).
¿Y cuál es esa ficción-realidad que describes?
La ficción-realidad que se contempla es que el declive y
encarecimiento energético implicará el Fin del Capitalismo Global
actualmente existente, que no sobrevivirá más allá de veinte años (de
ahí la fecha del 2030 que se baraja en el libro). Será la primera etapa
del Largo Colapso de la Civilización Industrial que probablemente durará
unos doscientos o trescientos años. El sistema capitalista se ha podido
mundializar en estos últimos trescientos años de una forma sin
precedentes, y la Civilización Industrial que lo acompaña se ha
convertido también en un fenómeno planetario, en especial en estos
últimos treinta años: la era de la globalización económica y neoliberal.
Y todo ello no hubiera sido factible sin un flujo energético en
ascenso, que ha sido sustentado fundamentalmente por combustibles
fósiles (que garantizan casi el 85% de la energía primaria mundial) y
que ha llegado a ser en esta etapa el más barato de la historia, aunque
también se recurra marginalmente a otros tipos de energía (nuclear, gran
hidroeléctrica, renovables industrializadas, etc.). Y sin las
posibilidades de incorporar a una tremenda fuerza de trabajo asalariada
mundial a procesos productivos, que han hecho factible esta enorme
capacidad de consumo energético. Por esa razón, el declive energético
que se prevé, que se dará por primera vez en trescientos años y que no
responde a causas técnicas, sino fundamentalmente geológicas, tendrá un
impacto tan determinante como el que apunto.
- Puedes leer la entrevista completa en este archivo PDF: Conversación con Ramón Fernández Durán en el libro “Fuera de lugar” de Amador Fernández-Savater (Editorial Acuarela)
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